Trayectoria del caso

Negociaciones y declaraciones de culpabilidad

El sistema está diseñado para darle a la fiscalía todo el poder en las negociaciones de declaración de culpabilidad, garantizando que más del 90% de los casos se resuelvan mediante declaraciones de culpabilidad. 

Cuando decimos que la mayoría de los casos se resuelven por negociaciones de una declaración de culpabilidad, decimos que la persona acusada de un delito acepta la responsabilidad en un tribunal abierto, en lugar de ir a juicio. A veces, se declara culpable del cargo mayor de la imputación; a veces se declara culpable de un cargo menor porque su abogado y fiscal negociaron un acuerdo. Cuando decimos que una persona aceptó una declaración de culpabilidad, no necesariamente quiere decir que obtuviera el beneficio de una negociación de una declaración de culpabilidad

Para obtener una negociación de declaración de culpabilidad, la defensa y la fiscalía empiezan las negociaciones. Esas negociaciones pueden empezar en cualquier momento durante el enjuiciamiento de un caso y pueden iniciarse por cualquier parte. La idea es que la defensa o la fiscalía quieren resolver el caso y quieren evitar un juicio. 

Como un resumen rápido, una negociación de una declaración de culpabilidad es cuando un fiscal le permite a una persona declararse culpable por un cargo con un castigo menor que por el cargo máximo. La declaración de culpabilidad es a cambio de ir a juicio. Solamente los fiscales pueden ofrecer una negociación de una declaración de culpabilidad y los jueces tienen el poder de rehusarse a aceptarla. Tanto los jueces como los fiscales también tienen el poder de desestimar un cargo.

Ilusión:

Las negociaciones de una declaración de culpabilidad son acuerdos que satisfacen las necesidades de ambas partes y una declaración de culpabilidad es algo que la defensa escoge hacer por su propia conveniencia o porque la persona es culpable. De hecho, cuando la persona acusada se declara culpable tiene que decirle al juez que se está declarando culpable de manera libre, voluntaria e intencionada. A menudo el juez preguntará, “¿Hay alguien que le esté obligando a declararse culpable?” La persona acusada tendrá que decir “NO” si quiere que el juez acepte la declaración.

Realidad:

Aunque una persona acusada tiene que estar de acuerdo con la declaración de culpabilidad, existe una presión fuerte para evitar el juicio, especialmente si la persona es encarcelada provisionalmente.

Recuerde: los fiscales siempre presentarán el mayor cargo posible e incluso presentarán cargos por delitos que saben que no pueden probar en el juicio. Ellos hacen esto para tener una ventaja en las negociaciones de declaración de culpabilidad. Debido a la sumisión que los gran jurados y los jueces tienen sobre las decisiones de presentación de cargos de los fiscales, las decisiones de los fiscales sobre los cargos que presentan como ficha de negociación no son desafiadas. Los fiscales pueden virtualmente garantizar un resultado particular en un caso con base en la elección de los cargos que presentan y el tipo de oferta de negociación de culpabilidad que hacen. Si el cargo mayor es lo suficientemente alto y la oferta de negociación de una declaración de culpabilidad es un descuento o acuerdo relativamente significativo, pueden crean las circunstancias que garanticen una declaración de culpabilidad. O ni tan siquiera tiene que ofrecer una negociación si la sentencia máxima es lo suficientemente larga para obligar a la persona demandada a declararse culpable ahora, con la esperanza de recibir una condena menor que la máxima. 

Esta coacción es aún más pronunciada cuando la persona demandada acepta una declaración de culpabilidad sin el beneficio de una negociación de una declaración de culpabilidad. Analícelo: la persona acusada está renunciando a su derecho al juicio sin ni tan siquiera recibir el beneficio de una sentencia reducida. Es muy probable que lo haga porque tiene miedo de que la sentencia después del juicio sea mucho más larga que la sentencia si se declara culpable.

Este es un ejemplo del porqué una persona escogería aceptar una declaración de culpabilidad:
 

Bresha Meadows, una adolescente negra que le disparó y asesinó a su padre abusivo cuando ella tenía catorce años. Inicialmente ella enfrentó una sentencia de 25 años a cadena perpetua y, en lugar de llevar su caso a juicio, decidió aceptar una declaración de culpabilidad. Los términos de la negociación de declaración de culpabilidad redujeron el cargo de homicidio agravado a homicidio involuntario y fue sentenciada a un año y un día en detención juvenil, con crédito de tiempo cumplido así como seis meses adicionales en una instalación residencial de salud mental y dos años de libertad condicional.

¿Un jurado habría visto el acto desesperado de Bresha como defensa propia y le habría concedido una absolución? Arriesgar una posible cadena perpetua hizo que el intento fuera claramente insostenible, así que en cambio, al igual que muchas personas, ella aceptó la culpabilidad.

Ilusión:

Solamente las personas que son culpables deciden aceptar una negociación de una declaración de culpabilidad.

Realidad:

Debido a que muchos comportamientos son criminalizados, es cierto que muchas (tal vez la mayoría de) personas que aceptan las negociaciones de una declaración de culpabilidad han violado al menos alguna ley penal. Sin embargo, las razones por las que las personas aceptan las declaraciones de culpabilidad tienen menos que ver con la culpabilidad o inocencia reales, y más con el riesgo de llevar el caso a juicio y perder.

Cuando una persona lleva su caso a juicio, esa persona es enjuiciada por los cargos máximos que el fiscal escoja. En la mayoría de los estados, si la persona pierde en el juicio, depende del juez tomar la decisión definitiva sobre la sentencia. En general, los jueces imponen sentencias más severas si la persona lleva su caso a juicio. Esto se llama la pena por juicio. Para evitar la pena por juicio y una posible sentencia prolongada en el juicio, muchas personas acusadas se conforman con la oferta de declaración de culpabilidad que el fiscal les hace.

Este es un ejemplo de cómo se ve la pena por juicio en la práctica:

A diferencia de Bresha (y de la mayoría de las personas), el neoyorquino Robert Rose decidió rechazar la negociación de una declaración de culpabilidad que conllevaba a una sentencia entre 3 y 9 años de prisión, para tomar el riesgo con un juicio, confiando en que el jurado creería sus declaraciones de defensa propia. Desafortunadamente no fue así: él fue declarado culpable y el juez imputó una sentencia de 25 años a cadena perpetua, una sentencia mucho más severa que la oferta de negociación de pena que pudo haber negociado. Él terminó cumpliendo una condena de 24 años y medio.

Cuando hablamos de la pena por juicio nos referimos a esta diferencia entre lo que él pudo haber recibido al aceptar la oferta de negociación de pena en comparación con la sentencia del juez después de reivindicar su derecho constitucional al juicio.

Ilusión:

La fiscalía y la defensa tienen la misma cantidad de poder en las negociaciones de una declaración de culpabilidad.

Realidad:

Las negociaciones de culpabilidad suceden entre la fiscalía y la defensa. Estas negociaciones suceden fuera del tribunal y por fuera de la vista del juez. Es una conversación privada, pero cada parte no tiene el mismo poder. De hecho, no puede exagerarse el poder diferencial entre la fiscalía y la defensa en las negociaciones de una declaración de culpabilidad.

Al fiscal le preocupa aumentar su historial de condenas y su perfil público, reducir su carga laboral y a veces, los sentimientos de la llamada víctima o demandante involucrada en el caso. Los fiscales tienen una fuerza policial y un aparato político de su parte para apoyar su enjuiciamiento y tienen muy poco que perder personalmente. A menudo ellos no provienen de la misma comunidad ni se parecen a la persona enjuiciada, e incluso si se pareciesen, ese aspecto no cambia sus prioridades. 

Por otra parte, las personas enjuiciadas tienen todo que perder: la salud, la familia, la vida y la libertad. Su único poder es su voluntad a declararse culpable o a obligar al fiscal a llevar el caso a juicio. Al abogado defensor le preocupa que su cliente cumpla una sentencia prolongada. También podría considerar el posible estrés del juicio y la preocupación de que el caso se prolongue por años mientras esperan por el juicio. El fiscal también tiene más ventaja. Después de todo, el fiscal fija los términos de las negociaciones de una declaración de culpabilidad porque es él quien determina los cargos y la sentencia máxima permisible en el caso. Por lo general, en estas negociaciones el fiscal querrá mantenerse lo más cerca posible al cargo mayor. La defensa tratará de reducir los cargos y la sentencia al mínimo posible. 

El fiscal, como parte del gobierno, también tiene más recursos que la defensa para investigar el caso. También tiene a todo el departamento de policía a su disposición para la investigación. Los agentes de policía frecuentemente son los testigos estrella en el gran jurado, las audiencias y el juicio. Legalmente, los fiscales tienen la carga en el juicio de probar que la persona demandada cometió el delito, fuera de toda duda razonable. Esto significa que ellos tienen toda la evidencia. Todos estos elementos se combinan para darle al fiscal la mayoría del poder en las negociaciones de una declaración de culpabilidad: el fiscal tiene el control.

Ilusión:

Los fiscales tienen que seguir ciertas normas y respetar los derechos constitucionales de la persona demandada en estas negociaciones.

Realidad:

Prácticamente no existen normas o leyes aplicables sobre cómo los fiscales y los abogados defensores realizan estas negociaciones. Aunque un fiscal legalmente no puede decir que está tomando una decisión con base en la raza o el género de la persona enjuiciada, no hay nada que les impida considerarlo en privado.

Además, el fiscal puede utilizar cualquier cantidad de herramientas para obligar a la persona a aceptar la oferta de declaración de culpabilidad. Por ejemplo, un fiscal puede amenazar con la pena de muerte o una cadena perpetua para obligar a una persona acusada a aceptar una declaración de culpabilidad por un cargo menor, en lugar de llevar el caso a juicio. Cuando la persona acusada acepta la declaración de culpabilidad porque teme que si no lo hace, pasará el resto de su vida en prisión, la ley igual tratará su decisión de declararse culpable como voluntaria, incluso si su decisión no tenga nada de voluntaria.

Negociaciones de una declaración de culpabilidad en la forma de programas de desviación o alternativas al encarcelamiento

Algunas veces, dependiendo del cargo y de las circunstancias, los fiscales le ofrecerán a la persona enjuiciada entrar en un programa de desviación y/o en un programa de alternativas al encarcelamiento (ATI, siglas en inglés) como parte de su negociación de una declaración de culpabilidad. Si la persona completa el programa de manera exitosa, los cargos se podrían reducir o desestimar completamente. Lea más información sobre los obstáculos y dinámicas de poder de los programas de desviación, las alternativas al encarcelamiento, así como sobre los tribunales de resolución de problemas aquí

Este es un ejemplo sobre cuando declarar culpabilidad con un programa ATI no es para nada una alternativa al encarcelamiento:

A Pat Howard, una madre de cinco viviendo en Indiana, se le presentaron cargos por allanamiento de morada después de subirse por la ventana de su mejor amiga para recuperar una botella con sus propios medicamentos. El allanamiento de morada conlleva a una sentencia mínima de diez años en prisión y, bajo el consejo de su abogado, Howard decidió aceptar la negociación de una declaración de culpabilidad que ofreció el fiscal: se declaró culpable por un cargo menor que conllevaba a cinco años de detención domiciliaria, vigilada mediante una tobillera electrónica y otros cinco años de libertad condicional.

Como se detalla en el libro de Maya Schenwar y Victoria Law Prison By Any Other Name [La prisión con cualquier otro nombre] el monitoreo de Howard no sólo fue costoso ($115/semana) sino que también afectó a toda su familia: les permitía a los trabajadores del caso inspeccionar su hogar en cualquier momento, le exigía a su esposo no tomar bebidas alcohólicas ni tener armas de fuego, le impedía a Howard llevar a sus hijos al parque o asistir a eventos escolares y demás. Como dijo Howard, “‘domiciliario’ es un tipo de encarcelamiento, sin importar ninguna de las otras definiciones que se ofrezcan”.

Aprendizajes clave

  • El sistema está diseñado para darle a la fiscalía todo el poder en las negociaciones de declaración de culpabilidad, garantizando que más del 90% de los casos se resuelvan mediante una declaración de culpabilidad. 
  • Las personas no se arriesgan a llevar su caso a juicio porque el sistema está arreglado en su contra de manera tan violenta que arriesgarse a hacerlo podría significar un tiempo más prolongado en la prisión. 
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